lunes, 19 de octubre de 2009

Ganas de embromar


         Están todos pagos. Ni algunos ni unos cuantos. Todos.  Vienen arriados por los intendentes del conurbano. Ni una parte ni la mayoría. Todos.  Responden al piquepatotero de D´elia. Ni cientos ni miles. Todos. Todos respondemos ciegamente el mandato del piquetero, brutal dictador, jefe irascible.
         Algunas de las anteojeras de buena parte de la clase media nacional que desnudan la profunda ignorancia y el desconocimiento radical de los fenómenos de movilización, organización y participación social en debates de profundas implicaciones para el conjunto.  Ni que mencionar que los medios transmiten idéntico mensaje, o más bien a la inversa, tema ampliamente examinado. Me resulta redundante comentarlo.  Que este discurso es exacerbado en circunstancias en donde se afectan los intereses de sectores acomodados es evidente también. Los ejemplos son muy claros: Resolución 125, Ley de Medios Audiovisuales. 
         Habrá que sonreír cuando la vecina te diga que sos una prostituta del gobierno nacional mientras barre la vereda. Porque todos los que propiciamos un debate acerca del papel de los medios en la configuración de lo que gran parte de la sociedad considera como “realidad” y, en definitiva, la participación en ese fenómeno complejo de producción de sentido, somos ultra K o estamos pagos. Ganas de molestar.  Las calles se cortan para hinchar las pelotas. Las movilizaciones con el denodado objetivo de generar un Kaos en la ciudad.
         ¿Para que te voy a preguntar que opinas de la nueva ley de medios? Si en la tele dicen que todos odiamos al gobierno, ergo, nos empeñamos en obturar cualquier debate de importancia capital para el pueblo argentino.
         Ganas de joderle la vida a la gente que trabaja. Es la única motivación de todos los que estimulamos la discusión acerca de la distribución del ingreso. Alentamos el ejercicio de una pura saña confiscatoria. Pobre Alfredito che, ¿nadie piensa en el? Que esta gente es el motor del país, ¿eh? El modelo agroexportador con cero valor agregado jamás fracaso, fue fuente de prosperidad y alegría para todo el pueblo argentino. Así que si ganan una fortuna es porque se lo merecen. Es un desaire tremendo pretender que encima todo lo que han hecho participen una porción mayor de sus ingresos que esos vagos asalariados que jamás hicieron grande a este país.
         Son todos setentistas, zurdos, hippies, haraganes, guerrilleros, violentos, comunistas, chavistas. Porque si hay algo que el medio pelo nacional conoce al dedillo es la realidad socioeconómica e histórica de Venezuela.
         Y no vengan con los derechos humanos y esas pavadas.  Dejen a los niños clarín en paz. Con todo lo que ha contribuido a la unidad nacional, la continuidad democrática y la paz social la señora Herrera de Noble, lo mínimo que se merece es la expropiación ilegal de dos criaturas. Pobre Ernestina. Que se los quede. Algo habrán hecho los otros padres. Seguro que eran montoneros. No le vas a hacer caso a la vieja loca de la Bonafini. A esa lo único que la motiva es la venganza, no sabe perdonar.  Hay que terminar con este estado de confrontación constante que tan mal le hace al país. La historia se hace con berrinches de quinceañera por el botox o las extensiones de Cristina. A lo sumo con llamados a Radio 10 para protestar porque un grupo de piqueteros, mandados por el gobierno, claro, no te dejaron cruzar la General Paz. Hay que terminar con este gobierno tiránico y fascista. Mandemos miles de mails y mensajitos de texto. Si el Che hubiese contado con las armas de los agitadores del futuro. Otra sería la historia. Pavote él. Andar poniendo el cuerpo por las ideas. La revolución se hace por sms.
         Todo lo mismo. Por eso la persecución a la gente que trabaja. Por eso la inquina con el periodismo “independiente” (serán hinchas del rojo de Avellaneda). Por eso el acoso a las pobres transnacionales. Lo mismo el encono con las fuerzas armadas. Pura tirria. Todo lo mismo. Ganas de embromar nomás.

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